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Monday, May 23, 2011

SE CUMPLEN 7 AÑOS DE LA BODA DE LOS PRÍNCIPES

Un 22 de mayo de 2004, bajo la lluvia de Madrid, el príncipe Felipe dejaba de ser uno de los solteros de oro de la realeza europea para convertirse en el protagonista de una verdadera historia de cuento de hadas. Nuestro príncipe veía por fin cumplido uno de sus sueños: casarse con la mujer que amaba.
Ese mismo día, el heredero de la Corona española contraía matrimonio con Letizia Ortiz Rocasolano, una periodista a la que había conocido apenas dos años antes -en octubre de 2002- en un ático de la madrileña calle Alcalá, donde el periodista Pedro Erquicia, amigo de ambos, celebraba una cena. ‘Los dos hablaron mucho tiempo y no paraban de reírse’, contaría después uno de los asistentes.
Comenzaría ahí una historia de amor basada en la clandestinidad, en la que los primeros encuentros –siempre fugaces- coincidirían con la gala de los Premios Príncipes de Asturias de 2002, o la catástrofe del Prestige –cubierta por Letizia y a donde acudiría don Felipe para prestar su apoyo-. No sería no obstante hasta la primavera de 2003 cuando, tras pedirle el teléfono a un amigo común, don Felipe llamaría a su futura esposa para quedar con ella. Lo que siguen son una serie de citas en privado que culminarían con el anuncio del compromiso del heredero a la Corona un 1 de noviembre de 2004. Letizia Ortiz, una periodista divorciada, se iba a convertir en la flamante princesa de Asturias.
La fecha prevista para el enlace, tal y como anunciaron los propios protagonistas entre risas y alguna que otra anécdota, sería el 22 de mayo de 2004. Hasta entonces, la pareja nos regalaría imágenes para el recuerdo que reflejaban el amor que ambos se profesaban.

El triunfo del amor

Tras una cena de gala en la que los futuros esposos darían la bienvenida a la realeza de medio mundo, llegaría el gran día. Bajo un cielo encapotado, y ante la expectación de miles de españoles que abarrotaban las calles de Madrid, don Felipe de Borbón, de 31 años, recibiría en matrimonio a Letizia Ortiz Rocasolano, de 36. Miradas de complicidad, abrazos, y tímidos besos que atestiguaban la admiración y el respeto mutuo, pero sobre todo, el profundo amor que se profesaba la pareja, marcaron la que sería la gran boda del año.
Primero un recorrido por toda España, desde Cuenca, hasta el principado de Asturias. Después, y aprovechando una boda a la que asistían, los flamantes príncipes de Asturias viajarían hasta Jordania para disfrutar allí de una ansiada intimidad. Esa fue la luna de miel de la pareja, ya convertidos en marido y mujer.
Pero no todo ha sido un camino de rosas en la historia de amor de nuestros príncipes. La muerte del abuelo paterno de la princesa en marzo de 2005, y sobre todo el triste fallecimiento de su hermana Erika –que moría a los 31 años de edad-, en febrero de 2007, han sido algunos de los duros momentos por los que ha pasado el matrimonio. Unos trances difíciles que han superado gracias al apoyo mutuo que siempre se han mostrado, y que sin duda han fortalecido con creces su matrimonio.
Entre rumores de distanciamiento –al parecer infundados- con respecto al resto de la Familia Real, don Felipe y doña Letizia han ido adquiriendo paulatinamente un mayor protagonismo en la escena internacional, y con él, su creciente labor representativa ha ido en aumento.
La princesa de Asturias, cuyas apariciones públicas y actos oficiales han sido cada vez más habituales, se ha convertido en una de las royals más estilosas a nivel internacional. Su conocido afán por la moda, unido a una mejora progresiva de su imagen –gracias al equipo de profesionales que sin duda la asesoran-, la han llevado a ser considerada recientemente una de las 30 mujeres mejor vestidas del mundo.


Unos padres del siglo XXI

Pero por encima de su papel como Herederos, está el de padres. Y es que no hay duda de que dos de los momentos más importantes en su vida de casados han sido los nacimientos de sus dos hijas, Leonor y Sofía. El 31 de octubre de 2005, dos años después de su anuncio de boda, venía al mundo en la clínica Ruber Internacional su primogénita, una niña ‘redondita y rosa’, como la definió la Reina Sofía. Nacía a través de cesárea, pesó 3.540 kg, midió 47 centímetros y con ella se aseguraba la continuidad de la monarquía. ‘Esto es lo más bonito que le puede ocurrir a alguien en la vida’, decía el príncipe a los medios a las pocas horas de ser padre.
Enseguida se abrió el debate sobre la reforma de la Constitución en lo que se refiere a la sucesión monárquica. La modificación para que, llegado el día, pueda reinar la primogénita aunque ésta sea mujer, no se ha llevado a cabo aún pero resulta bastante compleja. Primero tiene que ser aprobada por el Congreso y el Senado. Por tanto, habría que disolver las Cortes y convocar elecciones para que el nuevo Parlamento apruebe la reforma. Después, habría que someterla a referéndum.
Tal y como el propio don Felipe había asegurado el día de la pedida de mano, no se quedarían con un único hijo. El 29 de abril de abril venía al mundo su segunda hija, a la que llamaron Sofía en honor a su abuela. Con 50 centímetros, 3,300 kilogramos, la pequeña venía al mundo, al igual que su hermana, en la Ruber Internacional y, también con ella, nació a través de cesárea.
Las dos son, hoy, por hoy las mayores alegrías en la vida del matrimonio. Se ocupan personalmente de su educación y, siempre que sus obligaciones se lo permiten las llevan a diario al colegio Rosales, el mismo donde estudió su padre y donde comenzaba su vida escolar este mismo año la menor de las dos.
Cuando llega el fin de semana, como una pareja más, hacen planes de todo tipo con las pequeñas, si bien es muy normal verles acudiendo a los cumpleaños de los compañeros y amiguitos del cole de las niñas o llevándolas a conocer Londres, una de sus últimas escapadas. Con ellas también han viajado a la nieve, donde la infanta Leonor empieza a dar sus primeros pasos.
Las pequeñas son también las grandes protagonistas de las vacaciones de verano. En la primera etapa acuden a Palma de Mallorca. En Marivent, los príncipes disfrutan de una mayor privacidad en el pabellón privado donde se instalan. En la ciudad palmesana es muy normal ver a las niñas yendo a recoger al príncipe al club tras sus regatas o hacer algo de turismo con su madre y con la Reina, que disfruta enormemente con su papel como abuela.
Las niñas crecen sanas y felices, las dos principales preocupaciones de los príncipes como padres. Cada cierto tiempo surgen rumores de embarazo de doña Letizia, si bien de momento parece que quieren disfrutar de las dos pequeñas. Quién sabe si más adelante, y al igual que han hecho otros herederos, terminan dando más hermanitos a Leonor y Sofía.
Mientras tanto, nos conformamos con que sigan comiendo perdices y haciéndonos partícipes de un amor que parece no tener fin a través de tiernas imágenes llenas de cariño, complicidad, y admiración. Sin duda, nuestra más sincera enhorabuena por estos siete años de amor.

http://mujer.terra.es/muj/corazon/articulo/principes-cumplen-siete-casados-52854.htm

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